martes, 27 de mayo de 2014

Pregunta

¡Pero fíjese, señora!
Ok, me quito la venda invisible que no me deja ver  que traigo puesta desde antes de venir a hablar contigo.
No, mire.
¿Qué voy a mirar? Ha sido igual desde que inició la plática.
Dese cuenta de que… bueno, ¿qué propone usted?
Primero: no me frunzas el seño'. Segundo: tú me estás atendiendo a mí, mal aborto de ballena, y tercero: ¿te han dicho que tu cara es pesada como un iceberg?
¿Y qué vamos a hacer y qué propone y exactamente qué le duele y qué quiere que haga?
Y, y, y, y, y, déjame fruncir el ceño…
¿Qué?
La inteligencia requiere pensar.
Bueno, con su racionalidad suprema ilustre mi pobre mente: ¿qué-puedo-hacer-por usted?
Que tu superior razón te lleve a algún lugar, ¡es todo lo que quiero!
Por Dios, ¿qué hago? Una falla más y mi cartera muere.
Le gusta a usted ser una pestaña en el ojo, ¿verdad?
Y ser molesta, abrupta y transgredir, y sólo quiero mi medicina.
¡Haberlo dicho antes, señora! Para el mal de Noencontrar-respuesta sólo deje de buscarla.


No hay comentarios:

Publicar un comentario